Contracción en Fundición: Qué Es y Cómo Evitarla

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La contracción en la fundición es un fenómeno ineludible en el mundo de la ingeniería mecánica, especialmente al trabajar con metales fundidos.

Es un proceso complejo, capaz de transformar un componente de diseño impecable en algo…

que, sencillamente, no se ajusta a nuestras expectativas.

Ah, ese conocido momento en el que uno se da cuenta de que la pieza final no tiene las dimensiones tan meticulosamente planificadas.

Resulta, como poco, frustrante.

La contracción no es una simple reducción de tamaño; es un proceso complejo que se desarrolla en varias fases. Comprender cada una de ellas es clave para entender el fenómeno en su totalidad.

Se trata de uno de esos conceptos fundamentales que, una vez asimilado, arroja nueva luz sobre muchos otros desafíos de la fundición.

¿Qué ocurre realmente cuando el metal se contrae?

Imagine la escena: se vierte metal fundido en un molde. Aún líquido e incandescente, comienza su enfriamiento.

Y es durante este enfriamiento cuando se transforma.

No se trata solo de una simple reducción de volumen, sino de la forma en que se contrae y del momento en que lo hace.

Y es aquí donde el fenómeno se vuelve especialmente interesante para los ingenieros.

La contracción del metal no es un evento instantáneo.

Es un proceso que se desarrolla en tres fases bien diferenciadas. Piense en ello como en un triatlón, por buscar una analogía.

Cada etapa conlleva sus propios retos y particularidades.

Reducción del volumen líquido por enfriamiento

En primer lugar, tenemos la Contracción Líquida.

Ocurre cuando el metal fundido está todavía completamente líquido, pero pierde calor y se enfría antes de empezar a solidificarse.

Durante esta etapa, se suele observar una pérdida de volumen de alrededor del 1-2 %.

Puede que no parezca mucho, pero si no se gestiona correctamente, puede dar lugar a defectos problemáticos.

Hablamos de llenado incompleto del molde o de juntas frías, esas líneas indeseadas que aparecen donde dos flujos de metal se encuentran, pero no se fusionan correctamente.

Y no olvidemos la contracción superficial.

En este caso, un diseño adecuado de la mazarota es nuestro mejor aliado.

Actúa como un depósito que alimenta la fundición a medida que comienza esta reducción de volumen inicial.

Contracción durante la solidificación (contracción de «zona pastosa» o «Mushy-Zone»)

Luego viene el desafío principal. Lo que algunos llaman la “contracción de la zona pastosa (Mushy-Zone)” o, más formalmente, la Contracción de Solidificación.

Esta es la fase verdaderamente crítica.

Es el momento en el que el metal pasa del estado líquido al sólido.

No es del todo líquido ni del todo sólido; es una mezcla “pastosa” de sólidos dendríticos (pequeños cristales en forma de árbol) y el líquido restante entre ellos.

Aquí es donde se produce la contracción más significativa y es el momento propicio para que aparezcan problemas como las cavidades internas o la macrocontracción.

Estos defectos tienden a aparecer en los últimos puntos en solidificarse, generalmente los centros térmicos o las zonas que no han sido suficientemente alimentadas con metal fundido.

Algunas aleaciones, en particular las que tienen un amplio rango de solidificación, como ciertos tipos de cobre y aluminio, son especialmente propensas a presentar problemas en esta etapa.

La etapa final de enfriamiento (Contracción sólida o contracción del modelista)

Finalmente, entramos en la fase de Contracción Sólida. Esto es lo que a menudo se denomina “contracción del modelista“.

El metal ya está completamente sólido, pero sigue enfriándose hasta la temperatura ambiente y, al hacerlo, continúa contrayéndose.

Esta es la contracción que afecta directamente a las dimensiones finales de la pieza en relación con el molde del que procede.

Por supuesto, el coeficiente de esta contracción depende de la aleación utilizada.

Es un factor crucial, pero también algo impredecible.

Implicaciones de diseño para los ingenieros

Entonces, ¿por qué es tan importante prestar atención a estas etapas de contracción?

Como ingenieros mecánicos, sabemos que la imprevisibilidad de la contracción, especialmente la contracción sólida, puede ser un verdadero quebradero de cabeza.

Se pueden tener los planos más detallados y el software más sofisticado, pero siempre existe un riesgo. Uno podría pensar que el diseño del modelo, la matriz o la caja de machos ya contempla la tolerancia de contracción, pero ¿estarán las dimensiones finales realmente dentro de las tolerancias ajustadas que se necesitan?

A menudo, la respuesta es un rotundo “quizás”.

Por eso es tan sumamente importante realizar una fase de prueba.

Es nuestro principal medio de verificación.

Debemos conocer las dimensiones reales antes de plantearnos la producción a gran escala.

Es casi seguro que serán necesarios algunos ajustes en el modelo para alcanzar las dimensiones finales óptimas. Simplemente, es parte del proceso.

Cuando se trabaja con aleaciones especialmente complejas, la geometría del diseño adquiere una importancia fundamental.

Un buen diseño, en muchos sentidos, consiste en encontrar esa geometría “ideal” que funcione con la contracción, no contra ella.

A veces, la geometría ideal simplemente no es factible por razones funcionales. Es entonces cuando los ingenieros de fundición tienen que recurrir a ciertos “trucos térmicos”: técnicas inteligentes para manipular el flujo de fluidos y la transferencia de calor. Estos trucos pueden resolver el problema, pero también añaden costes y complejidad.

La clave es esta: si acertamos con el diseño desde el principio y minimizamos la necesidad de estas intervenciones, obtendremos piezas de fundición más baratas de producir, más fáciles de procesar y más sencillas de ensamblar.

¿Quién no querría eso?

¿Qué aspecto tiene un defecto de contracción y cómo se inspecciona?

Los defectos de contracción dimensional no siempre están ocultos; a menudo se manifiestan en forma de cavidades o depresiones.

Es el metal que, literalmente, se retira al enfriarse y solidificarse.

Un signo revelador de la porosidad por contracción es su aspecto: tiende a tener bordes angulosos, lo que nos ayuda a distinguirla de otros defectos como la porosidad por gas, que suele tener bordes más lisos y redondeados.

Algo a tener en cuenta al analizar una pieza de fundición defectuosa:

Estos defectos no son solo problemas estéticos; pueden alterar gravemente la forma y las dimensiones del componente.

Imagine una sección plana que empieza a curvarse o deformarse. No es ideal para la estética y, definitivamente, tampoco para el rendimiento mecánico.

Su impacto es general y puede alterar significativamente la pieza final.

¿Podemos calcular lo incalculable?

Quizá se pregunte: “¿No podemos simplemente calcular la contracción de antemano?”. La respuesta es que sí, hasta cierto punto.

Existen calculadoras y fórmulas para la contracción dimensional.

Generalmente, se necesita conocer el tipo de metal, el método de moldeo que se está utilizando (porque el moldeo en arena se contrae de forma diferente que el moldeo a presión, por ejemplo) y las dimensiones de la pieza.

Diferentes metales tienen diferentes coeficientes de contracción.

Por ejemplo:

  • Aleaciones de aluminio: 1,0 – 1,5 % en moldeo en arena, 0,5 – 1,0 % en moldeo a presión.
  • Acero: Puede ser mayor, en torno al 1,5 – 2,0 % en moldeo en arena.

Con este coeficiente se calcularía la contracción para cada dimensión y se ajustaría el diseño del molde en consecuencia, haciéndolo ligeramente más grande.

Pero recuerde el consejo sobre el prototipo.

El software de simulación moderno también es de gran ayuda, ya que modela el proceso de enfriamiento para predecir y, con suerte, minimizar la contracción.

Es una herramienta fantástica para optimizar el diseño del molde y los sistemas de alimentación antes de verter una sola gota de metal.

¿Qué factores influyen en la contracción en la fundición?

No hay un único factor que determine cuánto se contraerá un metal.

Son varios los factores que pueden influir:

  • Material del molde: Los diferentes materiales de molde tienen distintas conductividades térmicas, lo que afecta a la rapidez con la que se extrae el calor del metal fundido. Los aceros inoxidables y las aleaciones de níquel pueden contraerse un 2-3 % en volumen; las aleaciones de cobre y aluminio, incluso más.
  • Composición de la aleación: La fórmula específica de la aleación influye enormemente en su comportamiento durante la solidificación y, por tanto, en su contracción.
  • Velocidad de enfriamiento: Un enfriamiento más rápido suele implicar una mayor contracción. Un enfriamiento más lento y controlado permite una solidificación más ordenada y puede reducir la contracción general. Aquí es donde entran en juego las estrategias de solidificación direccional.
  • Diseño del molde: La forma y las dimensiones del molde son muy importantes. Debe permitir la contracción sin causar nuevos problemas.
  • Método de moldeo: Como se ha mencionado, el moldeo en arena, a la cera perdida, a presión, etc. Cada método tiene sus propias condiciones, que afectan al enfriamiento y la solidificación.
  • Tensión interna y contracción: A medida que el metal atraviesa los cambios de fase durante la solidificación, se acumulan tensiones internas que contribuyen a la contracción general.

Hacer frente a la contracción: ¿cómo mantenerla bajo control?

La contracción es un adversario formidable, eso es un hecho. Pero somos ingenieros, ¡y nos gustan los desafíos!

Afortunadamente, disponemos de varias estrategias:

  • Tolerancia de contracción: Es uno de los principios fundamentales de la fundición de metales. Consiste en sobredimensionar deliberadamente el modelo o el diseño del molde para anticipar y compensar la contracción esperada. Calcular esta tolerancia con precisión (en función del metal, el método y las dimensiones de la pieza) es absolutamente clave. Las fichas técnicas de los materiales y las normas industriales son sus mejores aliados en este caso.
  • Mazarotas y alimentadores: Un diseño cuidadoso de las mazarotas es fundamental. Actúan como depósitos de metal líquido que alimentan la pieza a medida que se contrae, para evitar la formación de rechupes (huecos por contracción). Su posicionamiento y dimensionamiento son, por tanto, de importancia crítica.
  • Control del enfriamiento: Dominar la velocidad de enfriamiento para favorecer la solidificación direccional (principio por el cual la pieza se solidifica progresivamente desde la zona más alejada hacia la mazarota) puede marcar la diferencia. Para ello se puede recurrir al aislamiento, a la elección de los materiales del molde y, a veces, incluso a su precalentamiento.
  • Simulaciones: El uso de herramientas de Ingeniería Asistida por Ordenador (IAO) para simular el proceso de fundición cambia las reglas del juego. Estos programas predicen con precisión los patrones de solidificación y la magnitud de la contracción, permitiendo perfeccionar el diseño y los parámetros de fabricación mucho antes de iniciar la producción. Es casi como tener una bola de cristal.
  • La etapa de inspección: ¡nunca hay que subestimarla! Es imprescindible un riguroso control de calidad. Los controles visuales, las mediciones dimensionales y los ensayos no destructivos (como las comprobaciones con Plastiform) permiten detectar las piezas que podrían haber sufrido una contracción excesiva o que presentan defectos asociados.

Cómo usar el control dimensional y del estado de la superficie contra la contracción

Aquí es donde entramos en el meollo de la cuestión, la parte más práctica.

Sus cálculos de contracción están afinados, sus mazarotas idealmente posicionadas… y, sin embargo, queda una pregunta:

“¿Cómo puedo verificar realmente que todo ha ido según lo previsto?”

Es precisamente aquí donde el control dimensional y la inspección del estado de la superficie entran en juego como valiosos aliados.

Controles no destructivos mediante réplicas

Las réplicas (por ejemplo, con los productos Plastiform) son, en esencia, potentes herramientas de control.

Estos compuestos, ya sean fluidos o pastosos, se aplican sobre las superficies para poner de manifiesto la más mínima variación dimensional o irregularidad superficial.

¿Su verdadera ventaja en la detección de la contracción?

Las réplicas revelan desviaciones superficiales tan sutiles que escaparían a las herramientas de inspección convencionales (cuando estas pueden realizar mediciones directamente, lo que no siempre es el caso).

Esta técnica es especialmente valiosa para geometrías complejas, donde los instrumentos de medición tradicionales tienen dificultades para acceder o cuando la contracción ha podido generar contornos imprevistos.

Es como tener visión de rayos X para la calidad de la superficie.

El estado de la superficie como indicador de contracción

La inspección del estado de la superficie, por su parte, interviene de dos maneras distintas en nuestra estrategia de control de la contracción.

En primer lugar, cuando la contracción genera tensiones internas o irregularidades en la superficie. En este caso, las operaciones de mecanizado, destinadas a eliminar material de manera uniforme, podrían revelar profundidades de corte variables.

Es un signo de problemas dimensionales subyacentes, atribuibles a la contracción.

Hay que estar atento a estas señales de alerta durante el acabado: herramientas de corte que vibran en ciertas áreas y no en otras, estados de superficie heterogéneos en secciones que se suponen uniformes o tasas de eliminación de material inesperadas.

Todos estos son indicadores potenciales de que la contracción no se produjo como estaba previsto.

El enfoque más práctico es, por tanto, definir parámetros de acabado claros e integrarlos en la estrategia global de control de calidad.

De este modo, la inspección del acabado capturará detalles que podrían haber escapado a una simple inspección visual de la pieza.

Conclusión

La contracción es un fenómeno inherente a la fundición de metales.

Desde la contracción en estado líquido, pasando por la solidificación, hasta la contracción en estado sólido, cada fase presenta sus propios desafíos y, si no se gestiona con rigor, abre la puerta a la aparición de defectos.

Para los ingenieros mecánicos, una comprensión profunda de estos mecanismos, junto con consideraciones de diseño meticulosas (tolerancias de contracción adecuadas, un diseño riguroso de las mazarotas y un enfriamiento controlado), son de vital importancia.

Si bien las herramientas predictivas y los cálculos son guías valiosas, la inspección del prototipo sigue siendo la piedra angular que garantiza la precisión dimensional de la producción en serie.

Al abordar la contracción de frente, con un diseño bien fundamentado y un buen dominio del proceso, podemos mejorar significativamente la calidad de las piezas fundidas, reducir la aparición de defectos y optimizar los costes de producción.

El resultado son componentes diseñados con mayor fiabilidad y eficiencia.

Preguntas y Respuestas

P: ¿Qué producto Plastiform es el más utilizado para las inspecciones relacionadas con la contracción?

R: En la mayoría de los casos, el F30 Visual es el producto más adecuado para medir el estado de la superficie. Otras referencias de nuestra gama también podrían satisfacer sus necesidades específicas. ¡No dude en ponerse en contacto con nosotros para obtener una asistencia personalizada y más detallada sobre su problema!

P: ¿Cuáles son los principales tipos de contracción en la fundición de metales?

R: Se distinguen tres tipos principales: la contracción líquida (durante el enfriamiento en estado líquido), la contracción de solidificación (durante la transición de estado líquido a sólido) y la contracción en estado sólido (enfriamiento del sólido hasta la temperatura ambiente).

P: ¿Por qué la contracción de solidificación se considera la más crítica?

R: La contracción de solidificación se produce cuando el metal está en un estado “pastoso”. Esta fase experimenta la reducción de volumen más significativa, y es la fase en la que es más probable que se formen defectos como cavidades internas y macrocontracción, especialmente en aleaciones con amplios rangos de solidificación.

P: ¿Qué es la “contracción del modelista” y por qué es importante?

R: La “contracción del modelista” es otro nombre para la contracción en estado sólido. Se trata de la contracción que ocurre una vez que el metal se ha solidificado por completo y se enfría a temperatura ambiente. Su importancia es crítica porque determina las dimensiones finales de la pieza fundida en relación con el molde. Su naturaleza, en ocasiones impredecible, hace que la fase de prototipado sea indispensable para su verificación.

P: ¿Cómo pueden los ingenieros mitigar los defectos de contracción en sus diseños?

R: Los ingenieros pueden mitigar la contracción mediante varios métodos: incorporando tolerancias de contracción adecuadas en el diseño del molde, utilizando mazarotas y alimentadores bien diseñados, controlando la velocidad de enfriamiento para promover la solidificación direccional y utilizando software de simulación de fundición para predecir y optimizar el proceso.

P: ¿Afecta la contracción a todos los metales de la misma manera?

R: No, cada metal y aleación tiene tasas y comportamientos de contracción distintos. Por ejemplo, las aleaciones de aluminio suelen tener un porcentaje de contracción mayor que el acero. La composición específica de la aleación, el método de moldeo y las condiciones de enfriamiento influyen en la magnitud y la naturaleza de la contracción.

P:  ¿Qué son los trucos térmicos en la fundición?

R: Los “trucos térmicos” se refieren a técnicas especializadas aplicadas por los ingenieros de fundición para modular el flujo de fluidos y los patrones de transferencia de calor durante la colada. Se utilizan a menudo cuando la geometría ideal de la pieza no se puede lograr debido a limitaciones de diseño. Estos enfoques ayudan a compensar posibles problemas relacionados con la contracción, aunque pueden aumentar los costes de producción.

P: ¿Cómo se pueden identificar los defectos de contracción?

R: Los defectos de contracción suelen manifestarse como cavidades o depresiones en la superficie de la pieza fundida. La porosidad por contracción presenta típicamente bordes angulosos, lo que la distingue de otros tipos de defectos como la porosidad por gas, que tiende a ser más lisa y redondeada. Los métodos de ensayo no destructivos, como la radiografía, también pueden revelar la contracción interna.

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